DISFÁSICOS ANÓNIMOS (D.A)
by Pamela Rillón

-Buenos días, apreciados compañeros. Me complace ver que todos han llegado puntualmente a nuestra reunión semanal. Levantarse temprano, no es tarea fácil, pero como dice el refrán: “A quien ayuda, Dios madruga”.

– ¿Cómo les fue el fin de semana? ¡Ah, se me olvidaba mencionar que contamos con una nueva integrante en disfásicos anónimos!  ¿Podrías presentarte, por favor?

-Sí, soy Lydia.                                                                         

– ¿Con i latina?

-No, con hidriega.

– ¡Hola, Lydia!

-Muy bien. Ahora, como siempre, amigos, antes de iniciar la sesión, cada uno compartirá lo qué hizo el fin de semana o de qué hablaba con su compañero antes de que yo llegara. Javier, ¿quieres empezar?

-Sí, profe, le estaba contaba a Francisca que cuando yo era joven para hacer llamadas de larga distancia y conseguir que la otra persona pagara, teníamos que llamar coro revertido.

-Sí, claro, recuerdo esa época. Y no fue hace tanto, ja,ja,ja.

-Y tú, Francisca, ¿qué nos cuentas?

-No mucho, salvo que acompañé a mi novio a una comida de su oficina de abogados en el W. 

– ¿Y cómo te fue?

-No sé, siempre me quedo con una sensación extraña. Como si me miraran mal.  Y me pregunto, ¿habré dicho algo incorrecto?

– ¿Y sobre qué hablaban?

 -De seguridad alimentaria. Yo hablé poco, solo le dije a sus jefes que es importante consumir alimentos sin preservativos. 

-Muy cierto, hay que comer saludable. 

-Profe, yo quiero contar algo.

-Adelante, Claudio.

 -Yo fui a Lima el fin de semana.

 ¡Qué bien!

 -Mi señora y yo tomamos un tour en bicicleta, subimos un cerro lleno de ugambilias rojas en el barrio de Miraflores y miramos a la ontananza comiendo suspiro lismeño.

– ¡Pero, ¡qué delicioso!

 -Dicen que está la adebacle en Perú.

 -Sí, inamisible tanta pobreza.

 -Bueno, estamos en Latinoamérica. No hay que pedirle peras al horno. 

-Dado que algunos de ustedes ya han tenido la oportunidad de compartir algunas experiencias, demos inicio a la sesión de hoy.

 -Profe, profe, antes quería decirle que se ve particularmente atractivo hoy.

 -Gracias, Andrea.

 – ¡Me encantó su nueva camisa cuello ahumao!