Con dos tequilas, el diablo se le entró al cuerpo. Aunque la habían invitado solo a tocar el violín, pues el abogado nerd era para la otra Ale, los efectos del alcohol la transformaron en una gata montesa de reguetón. Lo miró toda la noche. Se paró al baño para ver si la seguía, y en el camino se encontró con un acosador dandy con cuatro colmillos filudos y un brushing excéntrico.

 El nerd apareció para rescatarla, ella lo tomó del pecho, lo metió en un cubículo del baño mixto y sin piedad lo aruñó a lo comercial de Axe.

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